lunes, 31 de agosto de 2015

El teléfono.

La cena no llegaba. Pasaron 30, 45 minutos. Eran rápidos, decía la reseña, pero parecía que, o bien se habían olvidado de nuestro pedido, o bien habían oído mal la dirección. ¿No te han pedido el teléfono? No, la verdad es que no. Bueno, si no vienen, comeremos otra cosa. 
 ***
Ya te vas. Sí, pero igual vengo a vivir contigo en unas semanas. No sé si vendrás. No quiero hacerte ilusiones. Cuidate, llámame cuando llegues. Te quiero, hasta luego. Y yo a ti, un beso.
***
Ya se ha ido. Voy a ordenar la casa. Imagino lo que me diría. Ya vuelve a estar todo por medio, y qué manía de guardar los tickets. ¿De qué es ese ticket? Ah, la cena de ayer. 61008.... uy. Sí que tenían el teléfono. Ahora que lo pienso, el sabor me resultaba familiar... casi como si fuese a cenar más veces ese pollo. 
Vendrás.